lunes, 27 de agosto de 2007

DINOSAURIOS EN LA PREHISTORIA


Introducción [editar]

Etimología [editar]
El clado o superorden dinosauria fue propuesto por
Richard Owen en 1842 para nombrar a los enormes y extintos reptiles que se habían hallado por primera vez en Gran Bretaña. Esta palabra se deriva del griego: δεινός (Deinos, "terrible") y σαύρα (Saura, "lagarto" o "reptil"), ya que el creia haber encontrado alguna especie de enorme lagarto.

Nomenclatura [editar]
Un aspecto que provoca curiosidad en el neófito es el de los complicados nombres que identifican a la mayoría de los dinosaurios. Como todos los seres vivos, actuales o desaparecidos, estas criaturas se han denominado siguiendo los principios de la
nomenclatura binomial establecidos por el sueco Carlos Linneo en el siglo XVIII. Normalmente estos nombres son creados a partir de raíces griegas o latinas y suelen referirse a una particularidad del animal o de las condiciones de su hallazgo. Así, el nombre del primer dinosaurio descrito científicamente (en 1824), Megalosaurus, proviene de las palabras griegas Megalos = "grande" y Sauros = "lagarto". Existen algunas escasas excepciones al origen griego o latino en la nomenclatura, como en el caso del ornitópodo Drinker o los terópodos Unenlagia, Dilong paradoxus, Mei long y Mapusaurus.

Definición [editar]

Esqueleto de un Triceratops, expuesto en el Museo Smithsoniano.
Los dinosaurios fueron extremadamente variados y dominaron el ecosistema terrestre durante 160 millones de años. Se caracterizaban principalmente por ser
ovíparos y de piel dura y escamosa. Muchos tenían defensas físicas adicionales que fueron desarrollando al paso de la era Mesozoica, como cuernos, garras, picos córneos, "armaduras", etc. La diversidad de tamaños es típica del grupo. Algunos géneros fueron bípedos, otros cuadrúpedos y algunos, como el Ammosaurus y el Iguanodon, podían adoptar ambas configuraciones. Se presume que las poblaciones de herbívoros, carnívoros, omnívoros e insectívoros seguían las proporciones de la fauna actual. [cita requerida]

Sinapomorfias [editar]
Todos los dinosaurios que se conocen hasta la fecha comparten ciertas modificaciones del
esqueleto ancestral de los arcosaurios. A pesar de que algunos géneros desarrollaron consecuentes adaptaciones que pronunciaron aún más las diferencias estructurales, esos rasgos básicos son considerados como típicos del orden Dinosauria; dichas cualidades comunes a los miembros de un taxón (grupo taxonómico) reciben el nombre de sinapomorfias.
Las sinapomorfias del grupo incluyen:
Reducción del cuarto y quinto
dígitos de las extremidades superiores.
Número de dedos en las patas reducido de cuatro a tres.
Presencia de un
sacro (región de la columna vertebral compuesta por dos o tres vértebras soldadas sobre la que se inserta la pelvis).
Acetábulo abierto o perforado con un hueco en el centro, disposición única entre todos los tetrápodos.
Singular y revolucionaria configuración en la articulación de la cadera.
Miembros superiores generalmente menos desarrollados que los inferiores.
Inusual
paladar secundario que les permitía tragar y respirar simultáneamente.
Fémur relativamente recto con la cabeza femoral centralmente alineada.
Cráneo diápsido (esto es, con dos pares de orificios en la región temporal de la cabeza).
Codos orientados hacia atrás en los miembros delanteros.
Rodillas orientadas hacia adelante en los miembros traseros.
Hábitat terrestre.
La conformación de la articulación de la cadera descrita más arriba permitía una posición erecta, en la que los miembros posteriores se situaban directamente por debajo del cuerpo (underslung). Esta postura la tienen la mayoría de los mamíferos de hoy, aunque no está presente en los reptiles actuales (que son de origen más primitivo), salvo en las aves, que derivan de los dinosaurios. Esta especial disposición ósea permite una mucho mayor eficiencia locomotriz, lo que derivó en que varias líneas adoptaran una actitud bípeda permanente.

Esqueleto de un Stegosaurus.
Definición taxonómica
En la
taxonomía filogenética, los dinosaurios quedan definidos como "todos los descendientes del más reciente ancestro común del Triceratops y las aves modernas". Están divididos en dos grupos: Ornithischia ("cadera de ave") y Saurischia ("cadera de reptil"), dependiendo de la estructura de la pelvis. En los ornitisquios, el hueso pélvico está dirigido en forma caudal (hacia atrás), mientras que en los saurisquios está orientado cranealmente (hacia adelante). Los ornitisquios pueden ser definidos como "todos los taxones que comparten un común ancestro más cercano al Triceratops que a los saurisquios". Éstos últimos se enuncian como "todos los taxones que comparten un ancestro común más cercano a las aves modernas que a los ornitisquios". Se ha sugerido asimismo que el grupo Dinosauria sea caracterizado como "todos los descendientes del más reciente ancestro común del Megalosaurus e Iguanodon.

Clasificación de las aves [editar]
Existe consenso casi universal entre los
paleontólogos de que las aves descienden de alguna línea del grupo de los terópodos. [1] En efecto, ambos taxones comparten una serie de características muy afines, entre las que destacan como especificaciones clasificatorias:
Único cóndilo occipital (articulación del cráneo con la primera vértebra).
Única
apófisis uncinada en las costillas.
Presencia de cuatro dedos en los miembros posteriores.
Es entonces posible aplicar la definición
cladística estricta que sostiene que todos los descendientes de un único ancestro común forman un clado, con lo que las aves actuales resultan ser dinosaurios, de lo que se deduce que éstos no están extintos.
Hay también consenso en que las aves se clasifican como pertenecientes al subgrupo
Maniraptora, incluido en los coelurosaurios, que son a su vez terópodos, saurisquios y dinosaurios.
Los paleontólogos de vertebrados usan frecuentemente la nomenclatura filogenética, que clasifica a las aves como dinosaurios. Por motivos prácticos, en la literatura científica actual sobre dinosaurios suele denominarse "dinosaurios no avianos" a todos los miembros de Dinosauria excepto las aves.

Tamaño [editar]

Una maqueta de un Diplodocus carnegiei tomada en Pittsburgh.
Aunque no se dispone de todos los datos al completo, está claro que los dinosaurios no avianos, en general, eran voluminosos. Incluso dentro de sus propios estándares, los
saurópodos alcanzaban el estatus de gigantescos: durante buena parte de su reinado, hasta los más pequeños de este subgrupo eran considerablemente mayores que cualquier otro animal de su hábitat, y los más grandes eran por lo menos un orden de magnitud mayores que cualquier otro vertebrado que caminara sobre la faz del planeta. Ésta es, posiblemente, una de las razones principales del interés que estas bestias han despertado en el público en general a través de los años. Pero la evolución también hizo aparecer dinosaurios pequeños, algunos del tamaño de una gallina, como el Compsognathus, y más diminutos aún. El material fósil recuperado de estos dinosaurios enanos no suele ser tan completo, ya que sus huesos eran mucho más frágiles, lo que dificultó su preservación.
La mayoría de los saurópodos no podía desplazarse velozmente, debido a que tenían que soportar su colosal tamaño y peso. Existen límites prácticos al crecimiento: si estas criaturas se hubieran hecho más grandes al paso de la evolución hubieran quedado casi inmovilizadas y disfuncionales, lo que habría imposibilitado su supervivencia a largo plazo. Sin embargo, el hecho de que estas conformaciones gigantescas hayan sido viables durante millones de años, mucho más tiempo que el que han existido otras especies que consideramos exitosas, como el
hombre, indica que estaban muy bien adaptadas a sus ambientes.
Por otro lado, efectivamente existieron dinosaurios que fueron ágiles, delgados y pequeños. Particularmente, se considera a los
tetanuránidos como los dinosaurios más rápidos: Tyrannosaurus, a pesar de ser uno de los tetanuros carnívoros más grandes, se desplazaba con cierta velocidad debido en parte a que su cráneo presentaba grandes órbitas en donde se situaban los ojos y nariz, con lo que su peso resultaba notablemente aligerado.
Una breve comparación con la fauna actual ilustra el dramático contraste de escalas: el mayor
elefante registrado pesó 12 toneladas, mientras que la jirafa más alta alcanzó los 6 metros de altura. Incluso mamíferos prehistóricos gigantes como Indricotherium, o el mamut de Columbia quedan empequeñecidos por los saurópodos gigantes. Sólo un puñado de animales acuáticos modernos se les aproxima en tamaño, siendo el más notable la ballena azul, con un récord en el especímen más grande registrado de 190 toneladas, y 33,5 metros de largo. Los dinosaurios no avianos más pequeños eran del tamaño de gallinas: Microraptor no superaba los 50 cm.

Extremos [editar]
El más alto y pesado de los dinosaurios de los cuales se recuperó el esqueleto completo fue el
Brachiosaurus, espécimen que fue descubierto en Tanzania entre 1907 y 1912. Se encuentra expuesto en el Museo Humboldt de Berlín, y tiene 12 metros de alto y probablemente haya pesado de 40 a 60 toneladas. El más largo de los hallados completos es el Diplodocus, de unos 30 metros, recuperado en Wyoming, en los Estados Unidos y exhibido en el Museo de Historia Natural de Carnegie en 1907.
Estas cifras empalidecen cuando se las compara con nuevas especies halladas después de 1970, como el
Argentinosaurus, que podría haber pesado unas 100 toneladas; el Seismosaurus, que habría alcanzado los 50 metros de largo; o el Sauroposeidon, de unos 18 metros de altura.
Adicionalmente, el más grande saurópodo del que se tenga noticia parece haber sido el
Bruhathkayosaurus. Los vestigios fósiles exhumados parecen corresponder a un fémur, cadera, tibia, radio y una vértebra (todos en mal estado de conservación), aunque no se tiene seguridad de a qué clase de dinosaurio representan (la clasificación del espécimen ha sido singularmente errática), y si era en realidad un animal (estudios más detallados del material recuperado sugieren que se trata de restos vegetales). Asimismo el descubrimiento de otro posible gigante, Amphicoelias, ha sido objeto de fuerte escepticismo debido a la total ausencia de fósiles (la única evidencia fue una supuesta vértebra de 2,5 metros que —según sus descubridores— se destruyó completamente durante el traslado). El hecho de que el anuncio del descubrimiento y sus irregulares condiciones ocurriera en medio de la llamada Guerra de los Huesos resta aún más confiabilidad a la versión de la existencia de la criatura.

Tamaños promedio [editar]

Tamaño de un humano en comparación con el del Tyrannosaurus rex.
La distribución geográfica de los dinosaurios comenzó a finales del
Triásico, produciéndose drásticas variaciones en forma, comportamiento y tamaño. En general, se puede clasificar fácilmente a los dinosaurios según su volumen como "grandes" (ej.: Brachiosaurus), "medianos" (ej.: Tyrannosaurus) y "pequeños" (ej.: Compsognathus).
No obstante, el significado de "tamaño promedio" no es tan sencillo de precisar. La evidencia actual sugiere diferentes valores para cada uno de los períodos
geológicos involucrados [2].
De acuerdo con
Bill Erickson:
"Los estimados de dinosaurios medianos oscilan entre 500 kg y 5 toneladas [...] Ochenta por ciento de la
biomasa de la Formación de Morrison del oeste de los Estados Unidos consistía en stegosaurus y saurópodos; este último promediaba las 20 toneladas [...]. El típico gran porte de los dinosaurios y el comparativamente pequeño tamaño de los mamíferos modernos ha sido cuantificado por Nicholas Hotton. Basándose en 63 géneros de dinosaurios, los datos de Hotton muestran una masa promedio que excede los 395.9 kg (el peso de un oso grizzly mediano), y una masa genérica mediana de cerca de dos toneladas (comparable a una jirafa). Esto contrasta marcadamente con mamíferos extintos (788 géneros) cuya masa promedio es de 631 gramos (la de un roedor pequeño). El dinosaurio no aviano más pequeño hallado hasta hoy era mayor que dos tercios de todos los mamíferos actuales; la mayoría de los dinosaurios eran mayores que todos los mamíferos vivientes con excepción de un 2% de los individuos". [3]

Comportamiento [editar]
Las interpretaciones sobre el comportamiento de los dinosaurios están generalmente basadas en la posición de los restos fósiles, en su hábitat, en
simulaciones por computadora de la biomecánica de sus organismos, y en comparaciones con animales modernos de similares nichos ecológicos. Como resultado de la falta de solidez de estas fuentes, el entendimiento actual del comportamiento recae principalmente en la especulación científica y posee un espíritu fuertemente controversial. Sin embargo los científicos consideran que las actitudes propias de cocodrilos y aves, los seres vivos más cercanos a los dinosaurios, pueden ser extrapoladas en cierta medida con el fin de presentar un esquema de comportamiento posible para caracterizar al grupo.

Naturaleza gregaria [editar]
La primera evidencia directa de comportamiento
gregario ocurrió al descubrirse en Bernissart, Bélgica (1878), un yacimiento con 31 iguanodontes que habrían perecido juntos por ahogamiento al caer en una brecha profunda e inundada. El hallazgo de otros sitios que documentan muertes masivas y de pistas conteniendo abundantes huellas fosilizadas sugieren que el comportamiento de manada era común en varias especies de dinosaurios. Dichas huellas, a veces contadas de a miles, demuestran que géneros como Hadrosaurus, por ejemplo, podrían haberse movilizado en grandes grupos, tal como hoy lo hacen el bisonte americano o la gacela Springbok africana. Pisadas de saurópodos halladas en Oxford, Inglaterra, muestran que estos animales viajaban en grupos compuestos por diferentes especies. [4]. Evidencia recolectada en Davenport Ranch, Texas, insinúa que algunos dinosaurios mantenían en el centro de la manada a los miembros juveniles para mayor defensa, posiblemente durante largas migraciones. [cita requerida]
Se ha especulado que el colosal tamaño de algunos saurópodos, sus formidables armas naturales, unidas a la protección adicional de la manada les podría haber conferido cierta invulnerabilidad, incluso frente a los terópodos más grandes. Sólo los individuos juveniles habrían sido presas potenciales de estos carnívoros. Por otro lado se cree que el desarrollo de estrategias cooperativas de caza podría haber facilitado a los atacantes el aislar a los adultos de las
crías, lo que habría restaurado el equilibro poblacional.[cita requerida]

Patrones de anidación [editar]

El nido fosilizado de un Maiasaura con sus crías, descubierto en 1978.
El descubrimiento de
Jack Horner en 1978 de un nido de Maiasauria ("Lagarto partera") en Montana, Estados Unidos, demostró que entre ornitópodos el cuidado paternal continuaba hasta mucho después del nacimiento. [5][6]
Existe asimismo evidencia de que otros dinosaurios del Cretácico, como el saurópodo
patagónico Saltasaurus, tenían un comportamiento similar para el anidamiento, y que los individuos se agrupaban en inmensas colonias tal como hoy lo hacen los pingüinos.
El
maniraptor Oviraptor que vivió en la actual Mongolia hace 65-70 millones de años, fue descubierto en 1993 en una posición similar a la de una gallina en acto de empollar, lo que puede implicar que estaba cubierto de alguna capa aislante de plumas (o tejido afín) que mantenía al huevo caliente. [7] En su momento, se pensó que este singular terópodo de característicos cresta y pico habría tenido una alimentación basada en huevos.
Las marcas de pisadas también han confirmado un comportamiento paternal entre saurópodos y ornitópodos en la
Isla de Skye, Escocia del Noroeste. [8]
Nidos y huevos de los principales grupos de dinosaurios han sido descubiertos, y parece probable que los adultos hubieran tenido algún tipo de
comunicación con sus crías, en forma similar a las aves actuales. [cita requerida]

Cortejo y apareamiento [editar]
Los adornos craneales de algunos dinosaurios, tales como
crestas sagitales, cuernos, y demás protuberancias comunes en grupos como Marginocephalia, podrían haber sido demasiado frágiles como para haber desempeñado algún rol activo en la defensa, por lo que los investigadores consideran que tenían un uso meramente demostrativo, especialmente relacionado con actividades de tipo sexual. Se conoce muy poco sobre el apareamiento o el territorialismo de estos animales. La naturaleza de la comunicación social entre dinosaurios también permanece en las sombras, a pesar de que ambas son activas áreas de la investigación actual. Por ejemplo, la evidencia reciente sugiere que las crestas huecas de los lambeosáuridos podrían haber funcionado como una cámara de resonancia con funciones de vocalización. [cita requerida]

El Euoplocephalus fue un típico "dinosaurio acorazado" de la superfamilia Ankylosauria.
Sin embargo, algunos dinosaurios herbívoros efectivamente presentaban a veces formidables y efectivas defensas corporales, tales como las grandes placas óseas de los
estegosaurios, los cuernos de los ceratopsianos, o las corazas de espinas de los anquilosaurios. Algunas de estas características —desarrolladas durante el Mesozoico— quizá desempeñaron funciones secundarias, como la de regulación térmica y de lucimiento para el apareamiento: se considera que todos los ceratopsianos, entre ellos Triceratops, usaban sus cuernos para defenderse o pelear entre ellos durante el cortejo.

Depredación [editar]

Un Allosaurus devorando carroña de un saurópodo.
Desde el punto de vista del comportamiento, uno de los fósiles más valiosos fue desenterrado en el
Desierto de Gobi en 1971. Incluía un Velociraptor atacando a un Protoceratops, [9] lo que demostró la forma en que los dinosaurios se atacaban y defendían mutuamente. Mientras que actitudes canibalísticas entre terópodos no resultan sorprendentes, [10] éstas también fueron confirmadas por marcas de dientes obtenidas en fósiles de Madagascar en 2003. [11]
Se presume que algunos terópodos cazaban en manada, como Velociraptor, mientras que carnívoros más grandes como Tyrannosaurus lo hacían en solitario (otros investigadores sostienen que este último grupo pudo haber sido principalmente
carroñero) [cita requerida]}.
Una de las razones por las cuales se piensa que los dinosaurios fueron
endotérmicos es que la evidencia en su conjunto parece indicar que al menos los carnívoros fueron muy activos, desplegando mucha energía para perseguir y matar a sus presas. Las hipotéticas estrategias de caza de estos animales implican cierto desarrollo de la inteligencia, agilidad y fuerza, que hacen necesaria una fisiología más avanzada. [cita requerida]

Biomecánica [editar]
Existen pruebas de especies que trepaban árboles como el
Microraptor y también se tiene constancia de algunas que cavaron madrigueras como el hipsilofodóntido Oryctodromeus. Esto es bastante sorprendente si se tiene en cuenta que estas actividades eran comunes en los mamíferos del Cenozoico. Acerca de la fenomenología del movimiento, la biomecánica ha producido avances significativos. Por ejemplo, el estudio de las fuerzas ejercidas por los músculos y la gravedad en el esqueleto de estos animales mostraron cuan velozmente podían desplazarse.[12][13]
Existen sospechas de que algunos
diplodócidos podrían haber creado estampidos sónicos mediante la ondulación de sus colas en forma de látigo.[14]
Finalmente, se ha investigado si los terópodos gigantes tenían que controlar su velocidad al arremeter contra sus presas para evitarse heridas fatales,
[15] y si los saurópodos podían flotar en agua.[16]

Origen y Evolución [editar]
Los dinosaurios surgieron hace aproximadamente 230 millones de años, en el período
Triásico, unos 20 millones después de que la extinción masiva del Pérmico-Triásico hiciera desaparecer un 95 por ciento de toda la vida en la Tierra. [17] [18] Dataciones radiométricas de fósiles de la especie temprana de dinosaurio Eoraptor revelan su existencia en este momento. La mayoría de los paleontólogos cree que el Eoraptor se parece al ancestro común de todos los dinosaurios. [19] De ser esto cierto, los primeros de estos animales habrían sido pequeños predadores bípedos. [20]
Las primeras pocas líneas de dinosaurios primitivos se diversificaron rápidamente durante el resto del Triásico, y estos seres desarrollaron prestamente características y variedad de tamaños adaptados a la vida en casi todos los nichos ecológicos terrestres. Durante la era de su predominancia, la Mesozoica, casi todos los animales terrestres de más de un metro de largo eran dinosaurios.
La
gran extinción del Cretáceo acabó con todos los dinosaurios no avianos (o quizás casi todos, véase sobre esto más abajo).

Descubrimiento [editar]
Los fósiles de dinosaurio son conocidos desde hace
milenios, aunque su naturaleza verdadera no fuera entendida; los chinos pensaron que tales huesos eran de dragones, mientras los europeos creyeron que eran los restos de gigantes y otras criaturas muertas durante el Diluvio Universal.
La primera
especie de dinosaurio identificada y nombrada fue el Iguanodon, descubierto en 1822 por el geólogo inglés Gideon Mantell, quien reconoció semejanzas entre sus fósiles y los huesos de las actuales iguanas. Dos años más tarde, el Reverendo William Buckland, un profesor de geología de la Universidad de Oxford, desenterró los huesos fosilizados de Megalosaurus bucklandii en una cantera de Stonesfield, al norte de Oxford. Buckland fue la primera persona en describir su hallazgo en un diario científico.
El estudio de estos "grandes lagartos fósiles" pasó a ser un sumo interés para científicos europeos y americanos: en 1842 el paleontólogo inglés
Richard Owen creó el término "dinosaurio". Reconoció que los restos que habían sido encontrados hasta ese momento, Iguanodon, Megalosaurus e Hylaeosaurus, compartían un número de rasgos distintivos, y decidió presentarlos como un grupo taxonómico distinto. Con el apoyo del príncipe Albert de Saxe-Coburg-Gotha, marido de la Reina Victoria, Owen estableció el Museo de Historia Natural en Kensington Sur, Londres, para mostrar la colección nacional de fósiles de dinosaurios y otros objetos de interés biológico y geológico.

Othniel Charles Marsh (fotografía del siglo XIX).

Edward Drinker Cope (fotografía del siglo XIX).
En
1858 se descubrió el primer dinosaurio en territorio estadounidense en unos pozos de marga en el pequeño pueblo de Haddonfield, Nueva Jersey (aunque los fósiles hubieran sido hallados antes, su naturaleza no había sido correctamente establecida). La criatura fue llamada Hadrosaurus foulkii, por el autor del hallazgo, William Parker Foulke. Fue un descubrimiento sumamente importante: el primer esqueleto de dinosaurio encontrado casi completo, en el cual se evidenciaba una postura claramente bípeda.
Se trataba de una revelación revolucionaria, ya que hasta aquel momento la mayor parte de los científicos creía que los dinosaurios caminaban en cuatro patas como los
lagartos de hoy en día. Los descubrimientos de Foulke provocaron una verdadera "manía de dinosaurios" en los Estados Unidos.
Esta "manía de dinosaurios" fue ejemplificada por la rivalidad feroz entre
Edward Drinker Cope y Othniel Charles Marsh. Ambos entablaron una salvaje competencia para ver quién descubría más dinosaurios, enfrentamiento que posteriormente fue conocido como la Guerra de los Huesos. La contienda probablemente se originó cuando Marsh públicamente indicó que la reconstrucción de Cope del esqueleto del Elasmosaurus era errónea: Cope sin querer había colocado la cabeza de un plesiosaurio en donde debieron haber ido las vértebras finales de la cola.
La lucha entre los dos científicos cavadores duró más de 30 años, finalizando en 1897 cuando Cope murió tras haber gastado toda su fortuna en la búsqueda. Marsh ganó la competición principalmente porque estaba mejor financiado debido a su relación con la
United States Geological Survey. Lamentablemente, muchos espécimenes valiosos fueron destruidos debido a los toscos métodos del dúo; por ejemplo, sus excavadores a menudo usaban dinamita para desenterrar huesos (un método que horrorizaría a los paleontólogos modernos). A pesar de este bárbaro modus operandi, las contribuciones de ambos a la paleontología fueron notables; Marsh desenterró 86 nuevas especies de dinosaurios y Cope descubrió 56, un total de 142. La colección de Cope puede contemplarse hoy en día en el Museo Americano de Historia Natural en Nueva York, mientras que la de Marsh fue expuesta en el Museo Peabody de Historia Natural, en la Universidad de Yale. [21]
En
1897, la búsqueda de fósiles de dinosaurios se había extendido a todos los continentes, incluyendo la Antártida. El primer dinosaurio hallado en el continente helado fue el Antarctopelta, encontrado en la Isla de Ross en 1986. Unos años después, en 1994, fue descubierta otra especie antártica, el Cryolophosaurus ellioti, formalmente llamado y descrito en un diario científico.
Se han hallado restos de dinosaurios en los cinco continentes. La ubicación transoceánica de varias especies idénticas corrobora la teoría generalmente aceptada de que todas las masas terrestres estuvieron unidas en un único supercontinente llamado
Pangea, que comenzó a desintegrarse en el Triásico, hace unos 230 millones de años, en el mismo momento de la aparición de los primeros dinosaurios. [22]
Los más productivos puntos de hallazgo de dinosaurios actualmente incluyen el sur de
Sudamérica (especialmente la Argentina) y China. Este último país en particular ha producido muchos excepcionales especímenes de dinosaurios emplumados debido a la geología única de sus yacimientos, así como un clima árido que favorece la fosilización.

La vida de los dinosaurios [editar]
Los dinosaurios proliferaron desde mediados del período
Triásico hasta el final del Cretáceo (210-225 a 65 millones de años atrás), momento en que la mayoría de ellos, con excepción de las aves, se extinguieron repentinamente.
Estos grandes reptiles dominaron la Tierra durante la
era Mesozoica (o Secundaria). Los herrerasaurios y los prosaurópodos fueron unos de los primeros grupos de dinosaurios en dar lugar a formas más evolucionadas. Los saurópodos y terópodos crecieron en tamaño y se dispersaron por todos los actuales continentes. En este período también aparecieron los primeros ornitisquios como el Stegosaurus. Ya en el Cretácico la variedad anatómica y la distribución geográfica del grupo alcanzaron su apogeo. Pero finalmente colapsaron ante un fenómeno de proporciones globales aún no enteramente explicado en lo que fue la última extinción masiva a escala planetaria hasta nuestros días.
A pesar de su desaparición, los dinosaurios han cautivado la imaginación humana desde que se empezaron a hallar sus restos a comienzos del
siglo XIX. Suelen ser protagonistas centrales en variados elementos de la cultura popular reciente: novelas, películas cinematográficas, historietas y videojuegos.

La vida antes de los dinosaurios [editar]

Pintura representando al ambiente del Devónico.
Hace 3.000 millones de años la vida animal estaba circunscrita al agua. Los primeros seres vivos de la Tierra fueron organismos
unicelulares muy simples. Había bacterias, protozoos, esporozoos, algas cianofíceas, etc. Luego aparecieron animales pluricelulares simples a los cuales se llama vendozoos; estos seres ediacáricos evolucionaron a las raras formas de vida del período Cámbrico, ya completamente pluricelulares. Millones de años después el oxígeno disuelto en el agua alcanzó una concentración suficiente como para que formas más avanzadas como trilobites, ammonites, peces y euriptéridos se hicieran muy abundantes. A mediados del Silúrico ya había plantas vasculares pero sin hojas ni flores como la Cooksonia. También hubo insectos y miriápodos, los cuales fueron los primeros animales en adaptarse a la tierra. Ya en el Devónico, se diversificaron los peces placodermos, y otros como el Eusthenopteron evolucionaron a los primeros anfibios. Unos millones de años después de la extinción del Devónico ya existían bosques espesos en los que habitaban arañas y libélulas gigantes; fue en este escenario donde los primeros reptiles hicieron su aparición. Después del período Carbonífero éstos se expandieron ampliamente y evolucionaron muchos nuevos grupos, entre los que estaban los ornithodiros y los anteriormente llamados tecodontos, que después de la gran extinción del Pérmico dieron origen a los dinosaurios.

La vida después de los dinosaurios [editar]
Cuando los dinosaurios no avianos se extinguieron, los mamíferos se hicieron con sus nichos ecológicos y conquistaron rápidamente todos los continentes. Entre los más notables estaban los
marsupiales, creodontos, roedores, cetáceos, proboscídeos, artiodáctilos y perisodáctilos. En el Terciario vivieron los ancestros de muchos mamíferos actuales. Evolucionaron también aves cazadoras gigantes como el Diatryma, y los continentes fueron tomando la forma actual. A finales del Terciario aparecieron los primeros homínidos. Ya en el Cuaternario se produjo la última de las glaciaciones ("eras del hielo"), en la que los mamíferos gigantes como el mamut, el rinoceronte lanudo y el megaloceros proliferaron. Estas grandes bestias eran cazadas por el Homo erectus y Homo neanderthalensis, los cuales fueron reemplazados en el Holoceno por el actual Homo sapiens.

Estudio [editar]
El conocimiento sobre los dinosaurios ha sido obtenido a través de una variedad de registros fósiles, óseos y no óseos, como huesos fosilizados,
heces, veredas, gastrolitos, plumas, impresiones de piel, órganos internos y tejido blando. [23][24] Varios campos de estudio contribuyen a nuestro conocimiento paleontológico de estas bestias, incluyendo, además de la biología, la física y la química.

El reciente "renacimiento de los dinosaurios" [editar]
El campo de investigación de los dinosaurios ha disfrutado de una oleada en la actividad que comenzó en los
años 1970 y sigue en curso. Esto fue provocado, en parte, por el descubrimiento de John Ostrom del Deinonychus, un depredador activo que pudo haber sido de "sangre caliente" (endotermia), en contraste marcado con la imagen predominante de los dinosaurios como inactivos y de "sangre fría" (ectotermia). La paleontología de vertebrados, posiblemente la disciplina científica primaria en la investigación de dinosaurios, se ha convertido en una ciencia global. Nuevos e importantes descubrimientos de dinosaurios han sido hechos por paleontólogos que trabajan en regiones antes inexplotadas, incluyendo India, Sudamérica, Madagascar, la Antártida, y la más considerable, China (los dinosaurios increíblemente bien conservados emplumados en China han solidificado aún más la teoría sobre el eslabón entre dinosaurios y sus descendientes vivos, los pájaros modernos). El uso extendido de la cladística, que analiza rigurosamente las relaciones entre organismos biológicos, también ha demostrado ser tremendamente útil en la clasificación de dinosaurios. El análisis cladístico, entre otras técnicas modernas, ayuda a compensar un registro de fósil a menudo incompleto y fragmentario.

Clasificación [editar]
Artículo principal:
Clasificación de los dinosaurios
Los dinosaurios (incluyendo las aves) son
arcosaurios, como los modernos cocodrilos. Los cráneos diápsidos de los arcosaurios tienen dos agujeros localizados donde los músculos de mandíbula atan, llamado fenestra temporal. La mayor parte de reptiles (incluyendo a las aves) son diápsidos; mamíferos, con sólo una fenestra temporal, son llamados sinápsidos; y las tortugas, sin fenestra temporal, son anápsidos. Anatómicamente, los dinosaurios comparten muchas otras características de arcosaurio, incluyendo los dientes que nacen de alveolos más bien que como las extensiones directas de las mandíbulas. Dentro del grupo Archosauria, los dinosaurios son diferenciados el más perceptiblemente por su paso. Las piernas de dinosaurio se extienden directamente bajo el cuerpo y son rectas, mientras que las piernas de lagartos y cocodrilos se extienden hacia fuera, sobresaliendo. Todos los dinosaurios eran animales terrestres.
Muchas otras clases de reptiles vivieron en la era Mesozoica, con los dinosaurios. Algunos de éstos son comúnmente, pero incorrectamente, considerados como dinosaurios, incluyendo a los plesiosaurios (que no están relacionados estrechamente con los dinosaurios) y los
pterosaurios, que se desarrollaron separadamente de antepasados reptiles de finales del Triásico.
Los dinosaurios están divididos en dos
órdenes, Saurischia y Ornithischia, según la estructura de la cadera. Los saurisquios (del griego para Pelvis de lagarto) son dinosaurios que al principio conservaron la estructura de la cadera de sus antepasados. Ellos incluyen todo los terópodos (carnívoros bípedos) y saurópodos (herbívoros de cuello largo). Los ornitisquios (del griego para Pelvis de ave) son el otro orden de dinosaurios, la mayoría de éstos eran cuadrúpedos herbívoros.